Consecuencias
y Recomendaciones
Consecuencias para la víctima:
Las consecuencias del acoso escolar
son muchas y profundas. Para la víctima de acoso escolar, las consecuencias se
hace notar con una evidente baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos
emocionales, problemas psicóticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas,
entre otros.
También se suman a eso, la pérdida de
interés por las cuestiones relativas a los estudios, lo cual puede desencadenar
una situación de fracaso escolar, así como la aparición de trastornos fóbicos
de difícil resolución. Se puede detectar a una víctima de acoso escolar por presentar
un constante aspecto contrariado, triste, deprimido, por faltar frecuentemente
y tener miedo a las clases, o por tener un bajo rendimiento escolar.
Aparte de eso también corresponde al
plano físico presentando dificultad para conciliar el sueño, dolores en el
estómago, el pecho, de cabeza, náuseas y vómitos, llanto constante, entre
otros. Sin embargo, eso no quiere decir que todos los niños que presenten este
cuadro estén sufriendo por un acoso escolar. Antes de dar un diagnóstico al
problema, es necesario que antes se investigue y se observe más al niño.
Consecuencias para el agresor
En cuanto a los efectos del Bullying
sobre los propios agresores, algunos estudios indican que los ejecutores pueden
encontrarse en la antesala de las conductas delictivas. También el resto de
espectadores, la masa silenciosa de compañeros que, de un modo u otro, se
sienten amedrentados por la violencia de la que son testigos, se siente
afectado, logrando provocar cierta sensación de que ningún esfuerzo vale la
pena en la construcción de relaciones positivas.
ara el agresor, el Bullying le
dificulta la convivencia con los demás niños, le hace actuar de forma
autoritaria y violenta, llegando en muchos casos a convertirse en un
delincuente o criminal. Normalmente, el agresor se comporta de una forma
irritada, impulsiva e intolerante. No saben perder, necesitan imponerse a
través del poder, la fuerza y la amenaza, se meten en las discusiones, cogen el
material del compañero sin su consentimiento, y exteriorizan constantemente una
autoridad exagerada.
RECOMENDACIONES
1. Cuando el niño es víctima:
• Investigar lo que está sucediendo, hable con sus amigos más cercanos o familiares a los que el niño tenga confianza.
• Darle mucha confianza al niño para que cuente lo bueno y lo malo que le pasa. Dejar que se desahogue sin juzgarlo.
• Si se confirma que es acosado, mantener la calma y demostrarle confianza y determinación.
• Hacerle entender que esto no es su culpa.
• No pedirle al niño que se defienda ni tome venganza porque existe una desigualdad de poder que él no puede resolver.
• Contactar al colegio y a los profesores para pedirles ayuda.
• La mejor cura será la familia pero si el caso es muy grave se debe recurrir a un psicólogo.
• Darle mucha confianza al niño para que cuente lo bueno y lo malo que le pasa. Dejar que se desahogue sin juzgarlo.
• Si se confirma que es acosado, mantener la calma y demostrarle confianza y determinación.
• Hacerle entender que esto no es su culpa.
• No pedirle al niño que se defienda ni tome venganza porque existe una desigualdad de poder que él no puede resolver.
• Contactar al colegio y a los profesores para pedirles ayuda.
• La mejor cura será la familia pero si el caso es muy grave se debe recurrir a un psicólogo.
2. Cuando el niño es acosador:
• Evitar negar el hecho.• No reprender al niño porque violencia genera más violencia.
• No ignorar los malos actos del niño. Dejarle claro que las actitudes que está adoptando no se van a tolerar, pero siempre con apoyo y amor.
• Descubrir qué siente el niño, compartiendo con él y creando un puente de comunicación para ayudar a corregir su comportamiento. Identificar sus aficiones y sus gustos para involucrarlo en actividades y canalizar así su conducta agresiva.
• No ignorar los malos actos del niño. Dejarle claro que las actitudes que está adoptando no se van a tolerar, pero siempre con apoyo y amor.
• Descubrir qué siente el niño, compartiendo con él y creando un puente de comunicación para ayudar a corregir su comportamiento. Identificar sus aficiones y sus gustos para involucrarlo en actividades y canalizar así su conducta agresiva.
3. Cuando el niño es espectador es importante aconsejarle:
• No darle público al agresor, hágale saber que no es divertido lo que hace.
• Hacerse amigo de la víctima para demostrarle que no está solo.
• Contarle a un adulto de confianza (padres, profesor o consejero).
• Ayudar a la víctima a alejarse de la situación, creando una distracción. Si nadie está apoyando al agresor el acoso se detendrá.
• Hacerse amigo de la víctima para demostrarle que no está solo.
• Contarle a un adulto de confianza (padres, profesor o consejero).
• Ayudar a la víctima a alejarse de la situación, creando una distracción. Si nadie está apoyando al agresor el acoso se detendrá.
Para prevenir el acoso escolar se sugiere seguir las siguientes recomendaciones:
• Los padres deben monitorear su propia conducta porque los hijos copian lo bueno y lo malo de su entorno familiar.
• Establecer estándares de conducta, límites y expectativas claras para sus hijos, dentro y fuera de la escuela.
• Proporcionar un vínculo afectivo seguro para el niño, que sepa que lo apoya y pueden contar con usted.
• Mostrar conductas de empatía para demostrar que está tratando de entender cómo se siente la otra persona.
• Proporcionar modelos apropiados de resolución de conflictos. Ofrecer sugerencias o consejos para tratar con compañeros o situaciones conflictivas.
• Involucrarse en la vida escolar de sus hijos revisando sus tareas, conociendo a los maestros, leyendo con sus hijos y asistiendo a las actividades escolares.
• Establecer estándares de conducta, límites y expectativas claras para sus hijos, dentro y fuera de la escuela.
• Proporcionar un vínculo afectivo seguro para el niño, que sepa que lo apoya y pueden contar con usted.
• Mostrar conductas de empatía para demostrar que está tratando de entender cómo se siente la otra persona.
• Proporcionar modelos apropiados de resolución de conflictos. Ofrecer sugerencias o consejos para tratar con compañeros o situaciones conflictivas.
• Involucrarse en la vida escolar de sus hijos revisando sus tareas, conociendo a los maestros, leyendo con sus hijos y asistiendo a las actividades escolares.
“El acoso escolar no es una forma de divertirse, nadie lo merece, no es parte de la infancia y no forma ni fortalece el carácter del niño. Ser burlado, golpeado, excluido o amenazado no es normal y no es un comportamiento socialmente aceptado a ninguna edad. Debemos promover la empatía, es decir, enseñarles a los niños a ponerse en los zapatos de los demás. Es vital promover el respeto para garantizar la convivencia pacífica entre iguales sin prejuicios ni discriminación”, concluye el Dr. Johnny Marante. NP